Expropien el pati d’un col·legi
Después del mobbing inmobiliario, las reformas urbanísticas a saco para hacer de Barcelona una supuesta ciudad europea, el pasado viernes 6 de octubre, el Ayuntamiento de Barcelona, expropió el patio de una escuela. ¿Otra vez el afán de “poner guapa” a la ciudad, o hay otros intereses detrás de la medida? ¿Por qué no interesa preservar este espacio para el uso exclusivo de la escuela? ¿Por qué se quiere volver público un espacio que funciona perfectamente en su estatus actual y que permite a algunos/as niños y niñas tener un poco de paz (un havre de paix) en este barrio sobrepoblado por todo tipo de población en tránsito? Quienes vivimos en el barrio, sabemos perfectamente como son gestionados los “espacios verdes” (que de verde tienen poco) y también conocemos a sus usuarios, quienes, en algunas circunstancias (que no están exentas de conexiones con las reformas y el mobbing inmobiliario practicado en la ciudad, además de muchos otros problemas), se convierten en “habitantes involuntarios” de dichos espacios. Este tipo de población estará, y con todo derecho, encantada de poder instalarse en el patio de los naranjos, magnifico espacio para flanear, dormir y vivir en paz. ¿Realmente tenemos que imponer este espectáculo a los niños y a las niñas del colegio LABOURÉ? ¿No están lo bastante sensibilizados a esta dura realidad del barrio durante el trayecto de su casa hasta el colegio o cuando juegan en los “espacios verdes” del barrio? El concejal Martí para defender la expropiación, señala que la compatibilidad de usos ya se da en otras escuelas. El Ayuntamiento asegura que tomará todas las medidas necesarias para que puedan convivir las actividades de la escuela con el uso social del patio. ¿Qué significa esta declaración? ¿Controlarán el acceso a dicho espacio? ¿Bajo qué criterio? ¿Quién será considerado como aceptable? ¿Tendrá un sin techo el derecho a disfrutar de ello o será un espacio reservado solo al uso de algunos pocos privilegiados y/o para turistas? ¿ Se convertirá el patio en otro espacio representativo del patrimonio de la ciudad y se venderá como una atracción más para el turismo? ¿Son más importantes los turistas que la educación de las futuras generaciones? ‘Finalmente me pregunto porqué cuando la escuela se moviliza y se organiza para protestar contra la expropiación, los periódicos, en particular La Vanguardia (07/10/2006, Vivir, pag. 3), etiquetan a los manifestantes de “profesionales del disturbio” y al enterarse que la escuela estaba organizando una campaña de firmas y nuevas manifestaciones semanales, el Ayuntamiento toma contacto con la escuela afectada para pedir que suspendan las manifestaciones, saquen los carteles colgados en las rejas de la entrada y dejen de hacer ruido alrededor del asunto con la promesa de poder llegar a un acuerdo. ¿Acaso no son ellos los profesionales de disturbios que además presionan a los afectados para que las injusticias no se denuncien públicamente?
Nadja Monnet es antropóloga, vecina del Raval y autora del libro “La formación del Espacio público – Una mirada etnológica sobre el Casc Antic de Barcelona”, editorial Catarata, 2002